NADA ES LO MISMO

La lágrima fue dicha...
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa de su entidad de ayer
y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

1 comentarios:

El Selenita dijo...

En la falsa realidad
que perdí hace tiempo
tenía escondida la esperanza
de nacer de nuevo
y poder elegirme.

Ahora
me limito a buscar
la verdadera falsedad
donde encontraré la esperanza
de llegar a aceptarme.

El Selenita